El perro pila en América
Raza de origen precolombino cuyos representantes se encuentran en diferentes países. Eran regalos preciados en el imperio incaico, que el Inca enviaba con sus emisarios a las colonias vecinas.
En Argentina con 3 tipos de tamaño, pequeño, mediano y grande, algunos con pelos en pocas partes de su cuerpo. Muy apreciado porque su piel caliente hacía que se los utilice para entibiar las camas y como almohadillas terapéuticas, especialmente para los ancianos que sufrían reumatismo. Fueron llamados en el siglo XIX: calientapiés, porque se arrimaban a los pies de sus guardianes.

En México se lo llama xoloitcuintle o xolo, al parecer hasta Frida Kahlo y su marido Diego Rivera disfrutaban de su compañía. Se creía que acompañaban a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlán, el inframundo, por lo que eran sacrificados y enterrados junto con los muertos a los que debían guiar. Actualmente son muy apreciados por su valor histórico y cultural.

Raza de origen precolombino cuyos representantes se encuentran en diferentes países. Eran regalos preciados en el imperio incaico, que el Inca enviaba con sus emisarios a las colonias vecinas.
En Argentina con 3 tipos de tamaño, pequeño, mediano y grande, algunos con pelos en pocas partes de su cuerpo. Muy apreciado porque su piel caliente hacía que se los utilice para entibiar las camas y como almohadillas terapéuticas, especialmente para los ancianos que sufrían reumatismo. Fueron llamados en el siglo XIX: calientapiés, porque se arrimaban a los pies de sus guardianes.
En Perú, con características similares y diferentes nombres: Viringo, Perro Inca, Perro calato, Perro peruano sin pelo, Perro Chimú, Perro Chimoc, Perro pila, perro orquídea de Perú. Al cual también se le atribuyeron propiedades como evitar alergias, bronquitis y asma, debido a la ausencia de pelo. Todo esto por la mutación natural de un gen.

En México se lo llama xoloitcuintle o xolo, al parecer hasta Frida Kahlo y su marido Diego Rivera disfrutaban de su compañía. Se creía que acompañaban a las almas de los difuntos cuando viajaban al Mictlán, el inframundo, por lo que eran sacrificados y enterrados junto con los muertos a los que debían guiar. Actualmente son muy apreciados por su valor histórico y cultural.
